… si tienes un perfil técnico.
1. En algún momento deberás saber vender tu producto o tus servicios
Da igual si has hecho una red social vertical, un CRM interconectado con las neuronas de los comerciales o si ofreces páginas web a 99€. En algún momento deberás saber venderte a posibles clientes, usuarios o (incluso) inversores.
2. Cuando tengas acabado tu producto (o servicio) querrás cambiarlo
Empezar un proyecto es super-excitante. Las horas pasan deprisa pero los avances son gigantes. En una semana pasas de no tener nada a tener una base usable. A la siguiente semana le has añadido un montón de funcionalidades y a la otra incluso has programado un sistema inteligente que discrimina el contenido en función del signo del zodiaco del creador. Estás en plena fase de enamoramiento y como el amor es ciego lo ves todo de color de rosa pero ¿que pasa cuando acaba esa fase? Empiezas a ver los problemas de usabilidad, los bugs, las cosas que se podrían mejorar, los detalles por pulir… y te entran ganas de volver a empezar el proyecto desde cero porque sabes que esta vez lo harás mejor. Pero no puedes. No puedes porque tienes que avanzar hacia el punto 1.
3. Cuando tengas acabado tu producto (o servicio) querrás empezar otro
Altamente recomendado con el punto 3. Empiezas el proyecto, lo desarrollas y cuando pasa la etapa del enamoramiento echas de menos ese cosquilleo que sentías en la barriga y te preguntas ¿es que acaso no puedo con dos a la vez? ¡claro que sí! Y allí te ves, manteniendo un proyecto y empezando uno nuevo. Pierdes el foco y con algo de mala suerte acabas por no dedicar suficiente tiempo ni a un proyecto ni al otro, con lo que ambos se convierten en fracaso. Es lo que llamé “síndrome del informático” en el blog de Carlos y es que en Neurotic sabemos bastante de que va el tema.
4. Tendrás que relacionarte con otras personas
Siempre va bien que alguien externo a tu circulo pueda aconsejarte, criticar o alabar tu proyecto al igual que tu lo harás con los de los demás. Necesitas ver otros puntos de vista muchos menos intoxicados que la gente involucrada en el proyecto. Seguramente necesitarás desahogarte, comentar tus batallas del día a día con otras personas como tú, quejarte de lo extremadamente burocratizada que es la administración y de lo difícil que resulta optar (ya no digo conseguir) una subvención. Y quizás sólo con un blog no tengas suficiente. Por otra parte, puedes tener el mejor software del mundo u ofrecer los servicios más exquisitos que si nadie lo conoce nadie lo usará. Y para que lo conozcan o inviertes mucho dinero en publicidad / marketing o empiezas a relacionarte con semejantes que, con un poco de suerte, empezaran a usar tus servicios o tu producto y lo recomendaran a sus allegados. A partir de aquí seguramente te será más fácil concentrarte en el punto 1.
5. Aprenderás mucho
No todo iba a ser negativo 🙂 Aprenderás a hacer papeleo administrativo, a llevar tus cuentas, a administrar tus recursos (normalmente escasos). Aprenderás a diseñar, a maquetar, programar, posicionar, optimizar, etc. Y finalmente, pero no por ello menos importante, aprenderás a delegar la mayoría de estas cosas a profesionales por bien del proyecto y de tu salud mental. ¡Ah! También aprenderás a venderte mejor… ¿he dejado suficientemente clara la importancia del punto 1?
¡Espero tus propios puntos para incluirlos en esta lista!