¿Alguna vez te has parado a pensar la mejor manera de distribuir tus tareas o simplemente te pones y ya? Si quieres optimizar tu tiempo y ser más eficaz puedes empezar con tres pasos muy sencillos:
- Conocer un poco el ritmo de tu cuerpo y planificar en base a cómo te sientes en cada momento del día
- Priorizar tus necesidades por encima de las necesidades de los demás, siempre y cuando sea posible, cuidando de paso tu autoestima
- Dedicar un momento de la semana a planificar tus tareas
Autoconocimiento
Las personas somos cíclicas y solemos tener un determinado estado mental a lo largo del día. Según si es por la mañana, por la tarde o por la noche podemos encontrarnos más creativos, con más capacidad de concentración o algo aletargados.
En mi caso tengo mejor concentración a partir de media mañana así que es cuando suelo ponerme a hacer las tareas más complejas o planificar reuniones que necesitarán que esté en mis mejores condiciones. Por la tarde acostumbro a realizar tareas más rutinarias o seguimiento de proyectos. Después de cenar es cuando me siento más inspirado para trabajar en tareas creativas o que necesitan de cierto pensamiento lateral, de hecho tengo cerca de mi cama un cuaderno y un bolígrafo ya que a veces mi creatividad se dispara en mitad de la noche.
Si no tienes claros tus ciclos te animo a que durante una semana pongas atención a como te sientes en cada momento del día y tomes nota para que puedas analizarlo y buscar patrones.
Autoestima
Cuando priorizas las necesidades de los demás por encima de las tuyas de manera sistemática te estás desvalorizando y tu autoestima puede resentirse.
Está claro que hay reuniones que hay que hacer en cierto horario por disponibilidad del resto de asistentes o tareas urgentes que hay que atender lo antes posible, pero tenemos que evitar que sean los demás los que planifiquen nuestra semana.
Si alguien tiene acceso a bloquear tiempo de tu agenda (algo que sucede en muchas empresas) mi recomendación es que te bloquees espacios de trabajo personal para que no estés adaptándote continuamente a la agenda de los demás.
Planificación
Finalmente te recomiendo que no hagas todo esto sobre la marcha. Establece un momento para planificar tu semana laboral, agendar las tareas más importantes y reservar huecos para tu trabajo personal.
Mucha gente lo hace el Lunes a primera hora pero personalmente prefiero empezar la semana con la planificación ya preparada. Puedes dejarla como la última tarea de los Viernes, así lo tienes todo bien fresco, o ponerte a ello el Domingo a última hora si tienes un trabajo que te motiva y no te quita el sueño.
Planificando tu semana con estos tres sencillos pasos pondrás en valor tu trabajo reservando las horas que necesitas para realizar tus tareas, ya sean más operativas o bien estratégicas (también hay que reservar tiempo para pensar) y evitarás quedarte sin tiempo material para trabajar en lo que es prioritario y/o urgente para ti.