Cuando quieres sacar un proyecto a la luz tienes dos opciones completamente opuestas: esperas semanas (o meses, quizás años) a tener el producto “perfecto” o te lanzas con el PMV (Producto Mínimamente Viable).
¿Qué es el PMV?
Yo lo definiría como la versión de tu proyecto que tiene las funcionalidades necesarias para cumplir su cometido. Es decir, si queremos sacar una página web de venta online de churros su PMV sería una web donde un usuario puede comprar churros. Sin florituras, sin añadidos sociales, incluso diría yo sin estudios de usabilidad ni grandes diseños aplicados
¿Para que sirve sacar un PMV?
Es muy bonito esperar a sacar tu proyecto cuando luce como el oro y cuando sabes que no hay ni un sólo fallo para resolver, pero ¿cuales son las ventajas de sacar un PMV? Lo mejor de todo es que te permite “pinchar el pastel” para obtener una primera visión de como responden tus posibles clientes a tu producto. A partir de aquí es bueno seguir una política de release early, release often teniendo en cuenta las necesidades y las sugerencias de tus usuarios.
¿Es esto un dogma a seguir ciegamente?
Personalmente soy un partidario del PMV, sobretodo porque permite detectar errores de concepto en fases muy tempranas del proyecto (no me gustaría descubrir después de un año de desarrollo que nadie está dispuesto a pagar por mi producto) y además creo que se lleva muy bien con las metodologías de desarrollo ágil.
Eso sí, ten en cuenta que Henry Ford dijo en su momento “Si hubiera preguntado a mis clientes qué necesitaban, hubieran dicho un caballo mejor” xD No obstante, si te interesa todo el tema de los productos mínimamente viables échale un vistazo al blog de Eric Ries donde habla, entre otras cosas, de PMV aplicados al proyecto del que es co-fundador: IMVU.